Mientras en el Parlamento sigue en trámite el proyecto de ley de Rendición de Cuentas 2015, que contiene recortes al gasto social y aumento de impuestos, ha venido a saberse que el BPS estuvo liquidando mal los pagos correspondientes a las licencias de la construcción, y que por esa causa acumuló en tres años (desde el 2013 al 2015) unos 50 millones de dólares pagados en exceso. Los pagos fueron hechos a los trabajadores de la construcción, lo que no haría viable la efectiva recuperación de lo pagado indebidamente por el Banco. En consecuencia, esos 50 millones de dólares engrosarán el ya cuantioso déficit del BPS, que el año pasado se ubicó en torno a los 390 millones de dólares. “Total”, dirán algunos, “¿qué le hace una mancha más al tigre?”
Da que pensar que durante tres años se haya incurrido en errores por montos varias veces millonarios en dólares, y nadie se haya dado cuenta.
¿Habrán sido errores, realmente, o cálculos “generosos” cargados a la cuenta de los contribuyentes, en pro de una “redistribución del ingreso” de carácter “progresista”?
El Directorio del Banco y el Ministro Murro tendrán que dar las correspondientes explicaciones en el Parlamento.
Pero mientras esperamos las explicaciones, recordamos los 620 millones de dólares asignados por ley para la recapitalización de Ancap, después de desastre que hizo Sendic; recordamos también los abusos que se cometen con las certificaciones médicas “truchas”, que también paga el BPS; le sumamos estos 50 millones de dólares que se pagaron demás a los muchachos del Sunca, y entendemos por qué el Frente Amplio le sube los impuestos a la población: hay muchos agujeros que tapar.