11 diciembre, 2024

¿Cuestión de nombre?

Por G.M.C.

Leyendo una reseña sobre la reciente edición de las principales entrevistas, discursos y proclamas del Gral. Seregni, nos vino a la memoria una “carta de lector” de un buen amigo de la casa, publicada en Búsqueda en 2011, en medio del gobierno de Mujica. Tras recabar la autorización del autor, la presentamos, por su indudable actualidad.

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En el diario El País del 17 de noviembre leí un titular que decía así: “Mujica habló de razzias al referirse a megaoperativos”.

Para el desarrollo, debo aclarar que entiendo que las simplificaciones no son buenas o malas por sí; en física e ingeniería son de uso corriente para abordar problemas que serían imposibles de analizar de otra forma y así obtener resultados útiles, despreciando de las ecuaciones los términos que son irrelevantes bajo ciertas hipótesis. Por otra parte, pretender simplificar algunos problemas complejos lleva a un diagnóstico erróneo y al diseño de soluciones inadecuadas.

Juzgará el lector sobre esta carta.

Volviendo al tema, el titular referido derivó en el siguiente planteo: desde siempre, la izquierda siendo oposición a los gobiernos de los partidos tradicionales adjetivó y criticó muy duramente ciertos hechos y situaciones que se atribuían al “neoliberalismo”, al “imperialismo yanqui”, a “la banca internacional”, o a otros varios actores, cada uno con su propio eslogan denigrante y pegadizo. De lo expuesto he caído en la siguiente cuestión: ¿ahora que la izquierda está en el poder, han cambiado realmente los hechos o se arropan diferente para facilitar su digestión y no entrar en contradicciones polémicas?

Analicemos los nombres que se les ha dado a cosas que fueron y son, que se hicieron y se hacen y que a pesar de – en mi simplificada opinión – ser similares, cambiarles el nombre las ha trocado de condenables a elogiables por la izquierda.

  • Razzias vs. Megaoperativos: Lo dijo el Sr. Presidente de la República, no importa si se le escapó o no, seguramente algo de similitud ambas cosas tienen. Seguro que él lo sabe mejor que yo.
  • R.P. vs. I.R.P.F.: El antiguo I.R.P. (Impuesto a las Retribuciones Personales) gravaba las retribuciones (sueldos) de los trabajadores, aplicándose una escala ascendente de aporte de acuerdo al monto que se percibía, en buen romance: “que pague más el que tiene más”. Había además – si mal no recuerdo – una franja de sueldos bajos que estaba exonerada de este impuesto. Esta es exactamente la misma explicación – dentro de mis limitaciones – que utilizaría para definir el nuevo I.R.P.F. (Impuesto a la Renta de las Personas Físicas), por más que el Sr. Vicepresidente y los Sres. Ministros actuales y del período anterior se afanen por afirmar otra cosa. Hasta ahora es lo mismo. (Aunque ahora también se graven los alquileres.)
  • Especuladores vs. Inversores: Se les denominaba “Especuladores” a aquellas personas que traían sus capitales al país en busca de una oportunidad de lucro, y que llegado el caso se retiraban si el riesgo era grande o si simplemente se presentaba otra oportunidad mejor. Hoy a estos mismos señores los llaman “Inversores”. Y que no se piense que los estoy defendiendo, no, de ninguna manera. Solamente pretendo establecer una incongruencia.

Y vale aclarar también que los verdaderos Inversores somos aquellos que nos quedamos en este País aún en la adversidad, dando todo el trabajo que podemos y cumpliendo nuestras obligaciones en las buenas y en las malas, no nos vamos cuando las papas queman, nos quedamos siempre. Aunque frecuentemente se privilegie a los otros “lnversores”.

  • El Imperio vs. El Socio Comercial, El Amigo: Antes fue para la izquierda El Imperio, el Enemigo; ahora es el Socio Comercial, el Hermano Mayor que más de una vez nos ayudó.

Ni tanto ni tan poco. Lo justo es reconocer la mano tendida y apartarnos de lo que nos resulta reprobable. Grandeza y pequeñez, generosidad y mezquindad, luz y sombra, son los opuestos que encontramos en abundancia a lo largo en la historia humana, en los países, y en los hombres. Somos ambas cosas. Y seguirá siendo así por un buen tiempo.

  • El F.M.I. vs. El F.M.I.: No deseo banalizar el tema, pero esto es la frutilla de la torta y es realmente para reír por no llorar. El Fondo Monetario Internacional sigue siendo el mismo. Cambió sí nuestra manera de percibirlo, antes éramos deudores, ahora acreedores. Antes era un organismo vil, explotador, abusador de los países que recibían sus recursos, un mecanismo del imperio para subyugar. Reitero, éramos deudores.

Lo curioso de todo esto es que hoy el F.M.I. hace lo mismo que antes, hace con otros lo que hacía con nosotros, pero ahora lo hace ¡¡¡con nuestros propios fondos uruguayos!!! (disculpe la excesiva exclamación), en efecto, ¡¡¡Uruguay es acreedor del F.M.I. en varias decenas de millones de dólares!!! ¿No es acaso esto hipocresía?

 

Estoy seguro que los señores lectores han de encontrar varios términos más.

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