No se produjo ninguna «crisis institucional» como consecuencia del anuncio de la renuncia de Sendic.
Una vez que efectivamente renuncie, ante la Asamblea General y no ante el Plenario del FA, será sucedido en la vicepresidencia por Lucía Topolansky, de acuerdo con la Constitución, en paz y en orden. Tampoco es un día triste, una «jornada de luto», etc.
Sendic debió haber renunciado mucho antes, cuando se supo que mintió acerca de su pretendido título. Lo triste fue la espera, no el final. El «daño a las instituciones» resultaba de su presencia en el cargo, no se produce ahora porque renuncie.