10 diciembre, 2024

Novick, Trump y la Concertación

Por Miguel Manzi

PALABRAS CLAVE: outsider, clichés, Concertación, presidente de la república, Bordaberry ya probó, Fondo Capital, obras inexistentes, Montevideo, vuelva Novick vuelva, Sendic miente.

Novick no se parece a Macri, más bien se parece a Trump (como fenómeno político, se entiende). La piedra angular para las semejanzas y las diferencias es la posición frente a la política. A Macri lo respaldan 20 años de actividad política (como diputado y como el equivalente a intendente de Buenos Aires). Trump es un empresario exitoso que nunca prestó servicio público, y que hace caudal de su ajenidad con el sistema partidario. Así también Novick, que habla de «los líderes», o «los dirigentes», desde la distancia, desde el pueblo mismo, que él sí representaría cabalmente, porque no es político (en rigor, revoloteó sin suerte alrededor de Batlle y de Lacalle, pero no cuajó). «Tenemos que dejar la parte política de lado», dice, y en su lugar poner «la gestión». Entiéndase: «la gestión» en educación, «la gestión» en empresas públicas, «la gestión» en seguridad ciudadana, está al servicio de una política de educación, de una política de empresas públicas, de una política de seguridad. ¿Novick no lo entiende? Yo creo que sí, no tiene un pelo de tonto… Pero finge no entenderlo, porque conviene a su discurso simplote y directo, que por cierto le dio muy buen rédito electoral. Véase, si se tiene la paciencia. O léase el reciente reportaje largo en «Voces»; da igual, en todos lados dice las mismas dos o tres cosas.

NOVICK NO QUIERE CONCERTAR

Lleno de lugares comunes, de clichés que han repetido tirios y troyanos en los últimos doscientos años (solo le falta «hay que profesionalizar el servicio exterior»), Novick dice «Hay que escuchar a la gente», y en su nombre reclama que «se junte toda la oposición» en lo nacional, bajo el Partido de la Concertación. Pero en realidad Novick no quiere concertar: lo que quiere Novick es ser candidato a presidente de la república. Tras juntar 211 mil votos en Montevideo, ahora quiere probarse en la cancha grande; ya otros se han mareado antes que él (le pasó a Bordaberry, y así le fue; y así nos fue; y ya fue). A las pruebas: Novick no concertó durante la pasada campaña departamental (no hizo nada para concertar), y no concertó en la única acción opositora hasta el presente, el caso del Fondo Capital. Inquirido sobre la flagrante contradicción que supuso su voto de confianza a Martínez, tras haberlo denunciado por incapaz durante la campaña, Novick se justificó diciendo que lo hizo pensando en la gente, para ayudar a la gente, porque esas obras eran indispensables para Montevideo. ¿¿QUÉ OBRAS?? Novick no votó «obras», Novick votó un préstamo de 97 millones de dólares, que pagará «la gente», para un fondo que carece de pliegos, y unas obras que carecen de planos, y unos planos que carecen de licitaciones, que Martínez, a quien Novick acusó de fundir a ANCAP, no construirá ni en sueños, porque está improvisando y no le dan los tiempos. Apenas llegará, jadeando, a adjudicar las obras al final de su mandato, para apalancar la siguiente campaña frenteamplista, como Cosse adjudicó el ANTEL Arena, de predecible cuan triste destino. Y Novick votó el Fondo Capital sin el más ligero amague de coordinar con el resto de la oposición, porque Novick no quiere aparecer al lado de blancos ni de colorados. Novick no quiere concertar porque concertar es hacer política, y Novick no es político…

YO QUIERO A NOVICK, ¿Y USTED?

Novick ahora se dedica a los temas nacionales, quiere colarse en la agenda nacional, pero la dirigencia partidaria no le contesta, le aplica el tradicional «ninguneo», para mantenerlo recluido en la liga local, o al menos para no facilitarle el up-grade. La pena de las aspiraciones presidenciales de Novick, como sostuvo con acierto un reciente editorial de «El País», es que lo perdemos como contradictor frente a la Intendencia, cancha en la que anduvo bien y que no debería abandonar. En efecto: si bien la dirigencia de los PP.TT. tiene (buenos) argumentos para desestimar las ambiciones concertacionistas de Novick en lo nacional, nadie en su sano juicio moral podría negarle su espacio en Montevideo, donde se lo ganó a puro voto. Yo no votaría a Novick ni bajo amenaza de muerte, pero no me atrevería a negarle a sus 211 mil votantes capitalinos la oportunidad de ratificarse o rectificarse en su preferencia. ¡¡Vuelva, Novick, vuelva!! Que en la Concertación de Montevideo sí lo queremos; y si todos votamos bien, quién sabe hasta sale intendente.

Y aparte de todo lo anterior, no se olviden que Sendic miente.

 

Columna publicada en Montevideo Portal.

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