Sin dudas existe un conjunto de ciudadanos que vería con buenos ojos que los Partidos que están en la oposición formaran un bloque con un programa y un candidato común para enfrentar al Frente Amplio en las instancias electorales que vienen.
En definitiva es jugar con las mismas reglas de juego que ha usado esa Fuerza Política todo este tiempo y que le ha dado buenos resultados electorales. Un proceso de estas características necesita de una maduración y un proceso de discusión interna dentro de cada Partido que no se ha producido hasta el momento aunque el tema este sobrevolando el análisis político de la coyuntura que hacen analistas, politólogos y dirigentes partidarios.
. En este marco a ningún observador atento escapa que una propuesta integrada por Partidos y no con personas aisladas, tendría ante la opinión pública una mayor solidez capaz de presentarse como una opción que ofreciera más fortalezas que debilidades. Los críticos de esta idea señalan que la Segunda Vuelta es suficiente para concretar alianzas entre quienes buscan derrotar al Frente Amplio. Los hechos han demostrado que esto no es así. No es así porque la matemática mostro no ser efectiva al momento de sumar para ganarle al que ha quedado primero y porque la ciudadanía no responde automáticamente a lo que proponen los Partidos llegada esa instancia.
Temo que para el votante no es lo mismo encontrarse con un proyecto político consolidado antes de la elección que muestre un programa y un candidato común nucleando a todos los Partidos opositores y presentado con la seriedad que la ocasión requiere, que ir a un acompañamiento en segunda vuelta de características distintas, muy frágil en su conformación y sin certezas en lo programático. Hoy no cabe duda que el Partido Nacional se siente alternativa al Frente Amplio y resiste una opción que lo coloque en un bloque junto a otros Partidos. Pero la realidad vista objetivamente nos muestra que difícilmente consiga en este esquema un triunfo electoral que lo coloque por encima de la Coalición de Izquierda.
Algunos, que piensan con nombre y apellido, apurados por las ansías de sobrevivir, han preferido tomar el atajo y apuestan a la candidatura nacional del Sr. Novik como alternativa al actual modelo. La pregunta es si queremos un sistema con Colectividades Políticas fuertes o empezamos a transitar un camino donde la impronta personal despojada de la solidez que dan las Instituciones sea lo que prevalezca
Lo que no podemos es cerrar los ojos y negarnos a analizar el tema. En Montevideo ya hubo una experiencia y tuvo resultados alentadores. Hay que debatir el asunto. En algo podemos coincidir todos hoy y es que un importante número de ciudadanos no está ajeno a acompañar una propuesta de estas características.