¿Vieron el videíto por el primer año de la Intendencia Martínez? Una monada, no se lo pierdan, está en la web departamental. Yo debo de vivir en otra ciudad y no me di cuenta. En la ciudad que yo vivo hay mugre por todos lados, el transporte público es degradante, las veredas están todas rotas, las calles son una boca de lobo, las paredes son un enchastre repugnante y los chanchos tienen pinta de torturadores del ISIS. Definitivamente, la ciudad donde yo vivo no es la ciudad que muestra el videíto de la Intendencia, que por eso me resulta tan irritante. Como supongo que le resultará a cualquier montevideano que no viva adentro del tupper del gobierno, ni sea uno de los 1.000 nuevos presupuestados de Daniel Martínez (hablando del cual, también me irrita pensar en cuatro años más escuchándolo fingir que no quiere ser presidente y que ganaría más plata dedicándose a la ingeniería -lo que no resulta para nada evidente leyendo su currículum). La Intendencia de Martínez, me temo, no terminará mejor que la de Olivera, o la de Erlich, o la de Arana, o la de Vázquez. La Intendencia de Martínez es solo una intendencia más del Frente Amplio, que nos tiene a cuentos hará treinta años cuando termine este período. Si los hechos confirman este vaticinio, en 2020 volveremos a tener el deber y la oportunidad de ofrecerle a los montevideanos una alternativa de gobierno para La Ciudad.
NOVICK TAMBIÉN
¿Y no vieron el videíto de Novick hablando de educación? Otro imperdible para el manual del populista auténtico. A Novick lo derrotó su vanidad: tras juntar aquel montón de votos en Montevideo, le quedó chica la candidatura a intendente. A futuro es previsible que le quedará grande la candidatura a presidente. En fin, aunque lo de Novick presidente no tiene goyete, tampoco tiene retorno. Así que los 200 mil ciudadanos que en las departamentales de 2015 se inclinaron por Novick, en las de 2020 tendrán que buscar otro destino para su voto. Para ellos y otras decenas de miles tendremos que presentar de nuevo la Concertación, bien que sin repetir los groseros errores del pasado (por lo pronto, como el que se quema con leche sopla hasta el yogur, confío en que a nadie se le ocurrirá inventar otro outsider). La buena noticia es que, ahora sí, cabe esperar que se sume un candidato del Partido Independiente. Consolidado el perfil del PI, a la par que Mieres en el Senado, la Concertación en Montevideo es un espacio privilegiado para hacer germinar el polo socialdemócrata.
TIEMPO ELECTORAL
Tres años antes de la pasada elección departamental, empezamos a hablar de la Concertación en Montevideo. Fueron los entonces senadores Pasquet y Penadés quienes pusieron el tema sobre la mesa partidaria primero y ante la opinión pública después. Yo mismo publiqué mi primera columna al respecto en agosto de 2012. Si en el período pasado no bastaron tres años para hacer las cosas bien, esta vez tenemos que empezar antes, tenemos que empezar ya mismo. Las “circunstancias objetivas” siguen siendo favorables: una coalición gobernante que se cae a pedazos junto con la ciudad que gobierna, y la mitad de la ciudadanía harta de discursos políticamente tan correctos como vacíos, y gestiones técnicamente tan mediocres como insuficientes. Debemos pensar que aquella mitad de la ciudadanía que votó a la Concertación en 2015, cuando hicimos todo rematadamente mal, estará dispuesta a renovar su esperanza (y su voto) en 2020, apoyando una propuesta que sea tan seria como atractiva, y que ofrezca perspectivas de cambio a este estado de cosas empantanado en el tiempo. Blancos y colorados registramos fuerte y claro los mensajes de la primera experiencia concertante. Vamos entonces por la segunda edición, que habrá de salir corregida y esperemos que también aumentada.
Columna publicada en Montevideo Portal.