Este año los partidos históricos cumplen 180 años de existencia. En el Partido Colorado, tan significativo aniversario no debe ser celebrado limitándonos a la evocación histórica, distracción recurrente para un partido que nació en los albores de la República y que ocupó un papel indiscutiblemente preponderante en su construcción. Sino que el orgullo de pertenecer a uno de los partidos más viejos del mundo, que hizo tanto por la libertad y la justicia social, debe impulsarnos hacia adelante.La hora exige que desempolvemos los viejos principios y miremos al porvenir.
Para ofrecerle una propuesta sólida y moderna a la ciudadanía, primero es necesario ordenar la casa. El Partido debe hacer funcionar de forma democrática y eficiente a sus órganos internos, previstos en la Carta Orgánica. De esta forma podrá dar las discusiones que se debe en el plano de las ideas, de las que resultarán después las propuestas programáticas. En esa tarea, cada militante tiene un rol que cumplir y un espacio para ocupar. El Partido nos necesita a todos activos, aportando desde nuestro lugar a la causa colectiva.
En ese sentido, la Juventud Colorada ha asumido, en los últimos meses, algunos compromisos de gran importancia, que me parece oportuno destacar.
El pasado 15 de junio se realizó la primer Asamblea de la Juventud del año, en la Casa del Partido. Convocada por la Prosecretaría Nacional de la Juventud, la Asamblea fue el resultado de las reuniones de la Prosecretaría con los delegados de la juventud de las agrupaciones nacionales con representación parlamentaria. En esas reuniones, luego de mucho discutir, llegamos al consenso de la necesidad de que existan ámbitos capaces de organizar y encauzar la actuación de los jóvenes colorados. Coincidimos en que la ausencia de esos ámbitos impide una participación independiente y vigorosa de la Juventud en la vida del Partido. Logrado ese consenso, decidimos convocar a la Asamblea para proponerle la realización de un Congreso Nacional de la Juventud, elector de la Coordinadora Nacional, para el mes de octubre. La propuesta fue aprobada, formándose las comisiones encargadas de organizar el Congreso.
Desde que constituimos la Juventud de Batllismo Abierto, venimos sosteniendo que este es el camino que la Juventud Colorada debe emprender. Así lo hicimos en nuestro Manifiesto Constitutivo (http://170.249.220.82/~ba/2015/09/23/manifiesto-constitutivo-de-la-juventud-de-batllismo-abierto/) y en la ponencia “Sobre la renovación generacional del Partido Colorado”, que leímos en el encuentro “Hablemos de Política”, realizado por nuestro sector en noviembre de 2015. En el documento, que se puede leer en este link: http://170.249.220.82/~ba/2015/11/28/sobre-la-renovacion-generacional-del-partido-colorado/, nos propusimos hacer una evaluación crítica de las reformas introducidas en materia de Juventud en la reforma de la Carta Orgánica de 2007: las elecciones juveniles y los órganos de la Juventud. Sobre la aplicación en los hechos de estas reformas, decíamos: “Desde la reforma de 2007 se realizaron tres elecciones juveniles, cumpliéndose con lo dispuesto en la Carta. La elección que habría de realizarse este año fue suspendida recientemente por la Convención Nacional por razones políticas, atendiendo a la actual situación del Partido y al desgaste que produjo en la militancia el Ciclo Electoral que hace seis meses finalizó. Las tres ediciones de las elecciones juveniles fueron consideradas un éxito por la mayoría de las autoridades, dirigentes y militantes del Partido Colorado. Valoración que podemos compartir en términos cuantitativos, pero que desde una perspectiva cualitativa discutimos, por las razones que expondremos más adelante.
Sin embargo, los órganos de la Juventud creados en 2007 no funcionaron, ni siquiera se constituyeron, en estos ocho años. Consideramos que esto es un grave error que el Partido cometió y que explica, en gran medida, las dificultades de la Juventud Colorada para actuar de forma organizada, independiente y vigorosa en los órganos del Partido a los que se incorporó. Asimismo, creemos que los órganos paralelos de la Juventud pueden ser la solución para estos y otros problemas. Sobre este punto nos detendremos también más adelante.” Sobre el final, hablando de los órganos, sosteníamos: “Con el Congreso Nacional de la Juventud, órgano soberano, existirá un espacio para la discusión de las grandes líneas de acción de la Juventud del Partido. Allí se enfrentarán las distintas visiones, se votará y luego se acatarán las resoluciones adoptadas. El Congreso elegirá a sus representantes en la Coordinadora Nacional de la Juventud.
La Coordinadora, órgano ejecutivo, podrá expresar la visión de la Juventud Colorada y llevar a cabo todas las políticas concretas que la Juventud necesite. Tendrá a su cargo, además, el seguimiento de los delegados de la Juventud en el Comité Ejecutivo Nacional, pudiendo mandatarlos. De esta forma, los miembros jóvenes del CEN y de los CED representarán fielmente a la Juventud. Lo mismo sucederá con la Asamblea Departamental de la Juventud, en el ámbito departamental.
La Asamblea de Convencionales Nacionales, integrada por los convencionales electos en las elecciones juveniles, además de elegir a los delegados de la Juventud en el CEN (pudiendo removerlos del cargo), se reunirá previamente a cada Convención Nacional para discutir el orden del día y podrá declarar temas de interés político de la Juventud, lo que supondrá el mandato para todos sus miembros en la votación a llevarse a cabo en la Convención Nacional. Lo mismo sucederá con la Asamblea de Convencionales Departamentales, en el ámbito departamental.
Con sus órganos constituidos y funcionando, la Juventud podrá tener su propia voz, sus propios espacios de discusión, sus propios representantes para de esta forma robustecer su voz y su voto en los órganos de conducción partidaria, potenciando las herramientas que desde 2007 consiguió.”
El Congreso de octubre será, sin lugar a dudas, un gran paso en la historia de la Juventud Colorada, que a partir de ahí podrá discutir sobre los temas partidarios y nacionales, resolver las diferencias democráticamente, elegir a sus representantes, manifestarse con legitimidad y desarrollar todas las acciones concretas que estime convenientes. Una juventud organizada supone, además, la autonomía necesaria para actuar con independencia de las autoridades y de los sectores partidarios. Es también una puerta que se abre para que muchos jóvenes ingresen al Partido y un canal de comunicación con una parte del país que también piensa y demanda representación. Todos los partidos serios y modernos del mundo cuentan con una juventud organizada. La experiencia comparada demuestra que la organización ha generado identidad. Ejemplos sobran, pero analizando a los partidos ideológicamente afines del continente, podemos ver como, por ejemplo, la Juventud Radical argentina ha adquirido un peso importante dentro de su partido. Contando incluso con un brazo universitario que gobierna la Federación, mientras la UCR vota por debajo del 4% en las últimas PASO. En el acierto o en el error, la JR se ha manifestado en algunas ocasiones en contra de las resoluciones de su partido. Si miramos a Europa, advertimos que los casos de las Juventudes Socialistas de España del PSOE y de la Juventud Socialdemócrata del SPD alemán son similares al de la Juventud Radical.
Las generaciones, consideraba Ortega y Gasset, tienen una vocación, una misión histórica específica. Los jóvenes colorados también la tenemos en tiempos donde la supervivencia del Partido Colorado y con él, la del Batllismo, está cuestionada. La renovación generacional no es más que un proceso biológico si no viene acompañada de ideas para defender. Nuestra generación tiene la responsabilidad de formarse, pensar y actuar en consecuencia, en un mundo tan dinámico, pero en el que nuestras convicciones están tan vigentes como siempre. Si sabemos cumplir, podemos hacer un aporte sustantivo al Partido y con el partido, al país.