El pasado domingo 30 de octubre comparecimos a la elección de Concejales Vecinales como candidatos del CCZ del Municipio “B”. Para nosotros, jóvenes batllistas y colorados se trató de una instancia por demás enriquecedora tanto en el proceso como en los resultados.
Tomando en cuenta la crisis ideológica que atraviesa el mundo actualmente y el escepticismo que reina hacia la actividad político-electoral en particular, encaramos una campaña vecinal «desde el llano», poniendo al vecino como eje. Así salimos a las calles, ferias y casas para diseñar junto a los votantes una serie de enfoques en los cuales posicionamos nuestro trabajo. De esa forma, logramos captar e incentivar la participación vecinal de cara a un acto electivo que fue pésimamente organizado y comunicado, pero que gracias a los candidatos contó con una fuerte presencia vecinal en las urnas.
De todas formas, sabíamos que al ser una campaña estrictamente personal (sin lemas partidarios), el voto de amigos, compañeros y familiares era otro pilar fundamental. Para estimularlo, apostamos por una modesta pero peculiar campaña en redes sociales, lo que terminó por inclinar la balanza en nuestro favor.
El regocijo de obtener más de 560 votos se convirtió enseguida en un sentimiento muy grande de responsabilidad y compromiso frente al desafío que ahora toca asumir. Somos conscientes de que tanto el Batllismo como la sociedad en su conjunto están contando con nosotros los jóvenes para que formemos parte de estas instancias. Solo ocupando estos espacios podremos trabajar por actualizar el modelo político del tercer nivel de gobierno. De esa forma, todos tendremos la oportunidad de transformar nuestro entorno ejerciendo influencia directa en las decisiones públicas.
Lo más valioso que entendí de esta experiencia electoral es que la indiferencia hacia la democracia es una patología real, pero se trata. Y la mejor forma de iniciar ese tratamiento es con el diálogo eficaz y motivante, que despierte no solo el compromiso, sino el interés por ir a votar.
Lógicamente que luego viene la gestión, el trabajo y el sacrificio que es la demostración de que las ideas tienen trascendencia solamente cuando se llevan a cabo.
En tiempos en los que la política se ve tan desacreditada, formar parte de una votación con una concurrencia histórica y entrar al concejo como titular se trata de una satisfacción doble que nos permitirá seguir nuestro trabajo con entusiasmo.