La campaña para el Concejo Vecinal fue mi primer experiencia en la que tuve que pensar en estrategias para conseguir tantos votos como pudiera. Me resulto desafiante, divertida y sobre todo enriquecedora. El auspicioso resultado superó ampliamente mis expectativas. Resultando en que incluso podré integrar la mesa del Concejo, en virtud de haber cosechado más votos en la subzona que varios antiguos militantes en ella.
Mi expectativas, en especial desde la integración de la mesa, sobre el desempeño de la labor también han crecido desde que decidí arrancar con esto. Ello de alguna manera me hará estar en contacto semanal con las cuestiones del Concejo, el barrio y la zona y estar más interiorizado y al tanto de lo que pasa. Mi plan es entrar en contacto con los tantos vecinos como pueda, empezando por los que de algún modo me brindaron su apoyo y me son más inmediatos. Mi idea es hacer lo que pueda para que se logren obras que faltan en la zona. Que cuando se logre quede claro que salió del Concejo y no de la Intendencia ni del Municipio. Que cuando no salga quede claro que fue por la negativa de estos o por la oposición a los mismos en el Concejo.
En última instancia el objetivo es promover el bienestar de la zona, ayudar a esclarecer en la mente del vecino cómo funciona este sistema de la mal llamada «descentralización» y a amparar, en la medida del humilde alcance de un concejal, sus reclamos contra un gobierno departamental que es muy criticable. En el proceso aspiro a poder contribuir a reconstruir una modesta parte del arraigo popular perdido por nuestra colectividad, conocer vecinos con quienes pueda tener charlas de contenido político más abarcativas sobre los males de la administración municipal y llegar incluso a cuestiones más de fondo que permitan un intercambio de ideas y opiniones más rico.