El Concejo Vecinal, de la ideología a la acción
Participar en las elecciones de los Concejos Vecinales de este año, significó para mí la gran oportunidad para plasmar en los hechos aquello en lo que tengo total convicción es la clave para sacar adelante al país que en tantas aristas está altamente deteriorado, el trabajar por y para que la comunidad se sienta más representada, acompañada y atendida en sus necesidades. Fue una experiencia gratificante el hacerle saber a cada vecino con el que tuve la chance de hablar que tenía la oportunidad para hacer algo más por su barrio, que había alguien que podía ser su portavoz y realizar el mayor esfuerzo por hacer valer tanto sus ideas como también sus derechos.
Los que tenemos una visión batllista y republicana ante la política y la vida, sabemos de la importancia y el rol que tiene cada individuo en la sociedad y lo fundamental que es que la totalidad de sus derechos sean garantizados, de ahí se desprende el fundamento de asegurar los mejores y más eficientes servicios de cada órgano del Estado para con ellos. En este caso de la Intendencia de Montevideo, la cual descuida permanentemente cuestiones que considero fundamentales para el bienestar de toda localidad, como lo son la seguridad, la limpieza, y el tránsito entre los más afectados. Tras haber sido electo como concejal, considero esta función como una gran responsabilidad, y la asumo como un deber, que fue lo que principalmente me impulsó a ser candidato, el deber de hacer lo que esté a mi alcance para hacer al menos un poco más justo y eficiente el sistema municipal y sus servicios, que el cambio se vea reflejado en el día a día de cada vecino, que se puede vivir en un barrio y en una ciudad más y mejor cuidada, más limpia, segura y feliz.
Por último y no menos importante, quiero destacar la importancia de la herramienta de los Concejos Vecinales como mayor expresión de descentralización en el sistema democrático actual, esa democracia participativa que nos invita a trabajar de abajo hacia arriba, todo a través del Estado de Derecho y la vía democrática como los pilares entre los que hay que transitar y de los cuales todos tenemos que velar para que nunca se desgasten ni quebranten, por el contrario, para que se desarrollen y perfeccionen, y con esa acción y conducta, asegurar lo que más anhelamos como ciudadanos e individuos, un gran provenir.
“Una gran democracia debe progresar o pronto dejará de ser o grande o democracia.” – Theodore Roosevelt.