Los amigos de Batllismo Abierto saben que no nos callamos frente al gobierno, que no eludimos los temas difíciles y que nos gusta probarnos contra la adversidad.
Sin embargo, reconocemos nuestras limitaciones: contra el verano, no podemos.
“Los rigores de la canícula”, como solían decir las crónicas de antaño, han provocado la dispersión desordenada y jubilosa de nuestras huestes. Algunos arrancaron para el Cabo Polonio, otros se escondieron en viejos enterraderos en la Costa de Oro o se sumaron a las multitudes que saturan Punta del Este. No faltan tampoco los que permanecen en Montevideo, haciendo como que trabajan pero disfrutando en realidad de la tranquilidad de la ciudad semivacía, del aire acondicionado de la oficina y de la abundancia de lugares para estacionar.
Los destinos son distintos, pero hay un claro denominador común que es el ánimo de aflojar un poco la cincha y descansar por unos días. “Motor recalentado no trabaja bien”, dicen algunos compañeros mientras preparan concienzudamente el bolso antes de salir para Tres Cruces. Otros sostienen que su rendimiento aumentará muchísimo después de acudir regularmente a la playa durante quince días por lo menos. Los pretextos son varios, pero lo cierto es que “por licencia del personal” tenemos que dejar de actualizar la página, hasta nuevo aviso.
Le damos pues a los amables lectores la oportunidad de tomarse un descanso de nosotros. Para explotar el factor sorpresa, volveremos en el momento menos pensado, pero no antes de que se corra el Ramírez ni después de que los primeros coros murgueros anuncien, desde el Teatro de Verano, que comenzó el reinado de Momo.
¡Feliz año y buenas vacaciones para todos!