Lo de Daniel Martínez ya no tiene goyete. El desquicio de este gobierno montevideano solo es comparable con los anteriores cinco gobiernos del Frente Amplio (van 27 años). Martínez fue precandidato a intendente en la interna frenteamplista en 2009, finalmente inmolado en el altar de los equilibrios internos de la coalición. En efecto, Martínez es del Partido Socialista, y las transas internas culminaron otorgando la “cuota” montevideana al Partido Comunista, que designó a Ana Olivera para el cargo, a quien votaron los leales frenteamplistas montevideanos como hubieran votado a una heladera (el segundo dicho por el que será recordado Sendic; el primero es “Soy licenciado”). Digo: Martínez tuvo cinco años para prepararse, estudiar, formar equipos, diseñar proyectos, planificar, desde la privilegiada plataforma que le otorgó su banca en el Senado (pingüe estipendio, pases en comisión, infraestructura y servicios), más la envidiable prerrogativa de disponer de toda la información que quisiera, y aún, eventual financiamiento blando para sacarse algún gusto. Todo, todo a su disposición, como para que al otro día de sentarse en el sillón departamental, pudiera desplegar su visión, sus políticas, sus planes, sus promesas. Pues nada. Aproximándose a los dos años de gobierno, nada. O peor que nada: improvisación, prueba y error, tiempo perdido. Algún día alguien mirará para atrás, y no podrá creer que en 30 años de gobierno del Frente en Montevideo -15 de ellos compartiendo el gobierno nacional, 10 de ellos disfrutando la mayor bonanza económica de la historia patria-, en 30 años, decía, La Ciudad se haya deteriorado tanto y haya mejorado tan poco.
Los cambios del gabinete
¿Algún amable lector o lectora identifica un rumbo, una impronta, una idea fuerza, un horizonte inspirador hacia el cual se dirija La Ciudad, conducida con pulso firme por su intendente Martínez? Si alguno lo descubrió, por favor avise. ¿Alguien ve un equipo de gobierno departamental sólido y activo, con referentes visibles y solventes en los sectores más sensibles? También, que avise. Lo que yo veo es una nave sin timón, con un pasajero disfrazado de capitán, preocupado por caer simpático y flotar hacia la candidatura presidencial; y un cuerpo de oficiales apenas burocrático, piezas de la nomenklatura frenteamplista que pasan de aquí para allá hasta alcanzar causal jubilatoria. Miren si no: los últimos cambios de gabinete responden, dice un comunicado publicado en la web departamental, “a la definición de consolidar y profundizar las transformaciones de los servicios y programas de la Intendencia» (¿¡CÓMO DIJO?!). Con tales propósitos, Carlitos cambia con Pedrito, Juancito enroca con Albertito, y Waltercito y Alicita se incorporan al equipito. Nadie se va para la casa, son todos unos fenómenos. Si se agregan personajes y no se suprimen cargos, naturalmente sigue creciendo el paquete de salarios de seis cifras. Pero más importante: como Martínez piensa que el tema de la basura es de gestión, entonces trae a un alto gerente (será por eso que antes puso al frente del mismo Departamento a un muchacho que fue edil). Debe pensar que el resto se maneja a pura mandanga. O más probablemente, Martínez nunca pensó en la basura; como no pensó en el boleto; como no pensó las ferias; como no pensó… Lo cierto es que no hay riesgo de error: como no sabemos para dónde vamos, cualquier lugar al que lleguemos estará bien (Martínez en el País de las Maravillas).
La increíble y triste historia de los camiones recolectores
A mi juicio, las prioridades de la Intendencia de Montevideo pueden ordenarse bajo 5 titulares: (1) Limpieza&Recolección de residuos; (2) Vialidad, Tránsito&Transporte; (3) Seguridad; (4) Asentamientos; (5) Descentralización. Titulares gigantes, desde luego, bajo los que se abre un abanico de especialidades y transversalidades, en el que caben los trescientos y pico de departamentos, divisiones, servicios y unidades del dinosaurio departamental, con sus nueve mil funcionarios de planta y eventualmente otros tantos contratados, subcontratados, becados y tercerizados. No tengo encuestas recientes a la vista, pero sospecho que Limpieza&Recolección sigue figurando como la principal preocupación de los vecinos. Es que la basura, la mugre, la inmundicia por todos lados, pega muy fuerte en la estética, en la ética, en el espíritu y en la dinámica de La Ciudad. Como quedó dicho, Martínez cree que es un tema de gestión (igual que Novick), así que ahora puso a un alto gerente a la cabeza. Pero desde que es intendente, su propuesta más sólida en la materia fue incorporar camiones nuevos al servicio de recolección (simpleza tan pueril es difícil de igualar). Como una contribución militante al desarrollo del espíritu crítico de la ciudadanía, acá dejo los testimonios más relevantes respecto a tema tan sensible:
Encuesta de salida: “Basura, principal prioridad para los montevideanos”.
Meté un cambio: nuevo director de limpieza trabajaba “en el sector Mantenimiento de la IM”.
Un tema recurrente: “No hay camiones para levantar las podas”.
Ensayo y error: “Disculpas por las demoras”.
Primer semestre de gestión de Martínez: perdimos por goleada.
Confesión de parte: “Limpieza de Montevideo es espantosa (…) vamos a tener camiones”.
Se vienen: “A fines de mayo llegarían los cinco camiones (y) a fin de año otros 15 vehículos”.
Ya casi: “antes de fin de año van a llegar unos 20 camiones”.
Hay que esperar: “Va a ser todo el año complicado hasta tener los camiones”.
Meté otro cambio: “Reestructura total”.
Listo el pollo: “Montevideo está limpia”.
Primer año de gestión de Martínez: repasando las promesas.
¡Llegaron los primeros!: A principios de 2017 debe llegar “la otra partida de 15 camiones»
Está para salir: “En diciembre llegarán 15 camiones nuevos más para completar la flota”.
(Para darle color) Un hombre humilde: “Soy Bismark”. “En el mundo nos tienen como dioses”.
Ahora sí: “En 10 días vamos a tener los 15 camiones en la calle”.
Uno más y no cambiamos más: “Sigue sin dar los frutos esperados”.
Confesión íntima: me hace mucho daño vivir entre la mugre. Muy francamente, deseo de todo corazón que Martínez&Cía. sean capaces de mantener limpia a La Ciudad; que los camiones sean una maravilla; que el nuevo director de limpieza sea un fenómeno; que los contenedores funcionen como en Suiza. Caso contrario, con la misma intensidad y franqueza, deseo que caiga sobre ellos toda la basura de los montevideanos.