11 diciembre, 2024

Sobre la renovación generacional del Partido Colorado

  1. LA REFORMA DE LA CARTA ORGÁNICA EN 2007 Y SU APLICACIÓN EN LOS HECHOS

1.1 En el año 2007 se reformó la Carta Orgánica del Partido Colorado. Se introdujeron entonces las elecciones juveniles y se crearon los órganos de la Juventud.

 

A través de las elecciones juveniles, previstas para el primer y tercer año de los períodos de gobierno, se incorporan cien convencionales jóvenes a la Convención Nacional y se eligen los correspondientes convencionales jóvenes para cada una de las diecinueve convenciones departamentales. Pueden votar, en dichas elecciones, los ciudadanos que cuenten entre catorce y treinta años y pueden ser elegibles los afiliados al Partido de las mismas edades.

Los convencionales jóvenes, nacionales y departamentales, eligen por voto secreto dos representantes en el Comité Ejecutivo Nacional (CEN) y en los Comités Ejecutivos Departamentales (CED).

 

Los órganos de la Juventud previstos en la Carta son cinco, tres en el ámbito nacional y dos en el ámbito departamental. El Congreso Nacional, la Coordinadora Nacional y la Asamblea de Convencionales Nacionales, en el ámbito nacional. La Asamblea Departamental y la Asamblea de Convencionales Departamentales, en el ámbito departamental.

 

1.2 Desde la reforma de 2007 se realizaron tres elecciones juveniles, cumpliéndose con lo dispuesto en la Carta. La elección que habría de realizarse este año fue suspendida recientemente por la Convención Nacional por razones políticas, atendiendo a la actual situación del Partido y al desgaste que produjo en la militancia el Ciclo Electoral que hace seis meses finalizó. Las tres ediciones de las elecciones juveniles fueron consideradas un éxito por la mayoría de las autoridades, dirigentes y militantes del Partido Colorado. Valoración que podemos compartir en términos cuantitativos, pero que desde una perspectiva cualitativa discutimos, por las razones que expondremos más adelante.

 

1.3 Sin embargo, los órganos de la Juventud creados en 2007 no funcionaron, ni siquiera se constituyeron, en estos ocho años. Consideramos que esto es un grave error que el Partido cometió y que explica, en gran medida, las dificultades de la Juventud Colorada para actuar de forma organizada, independiente y vigorosa en los órganos del Partido a los que se incorporó. Asimismo, creemos que los órganos paralelos de la Juventud pueden ser la solución para estos y otros problemas. Sobre este punto nos detendremos también más adelante.

 

  1. LAS ELECCIONES JUVENILES: EVALUACIÓN CRÍTICA DE LOS RESULTADOS OBTENIDOS

 

2.1 La incorporación de las elecciones juveniles significó un gran avance para nuestra colectividad, que a través de ellas logró revitalizarse, movilizar a su militancia y abrir puertas a los jóvenes, que obtuvimos el derecho de participar con voz y voto en los órganos de conducción partidaria. En pie de igualdad con el resto de los convencionales, a diferencia de lo que sucede en otros partidos uruguayos, donde se realizan elecciones de jóvenes pero estos no se incorporan directamente a la Convención Nacional. Todo este esfuerzo obtiene más valor si se analiza en su contexto, luego de la peor votación en la historia del Partido en 2004.

 

2.2 En las tres ediciones de las elecciones juveniles se presentaron un importante número de listas y se obtuvieron resultados electorales que, al menos en la primera y tercera edición, superaron ampliamente las expectativas. En la primer elección de 2007 votaron más de 46.000 jóvenes, en la de 2010 lo hicieron más de 25.000. En la última edición de 2012 participaron más de 50.000 jóvenes. Podemos atribuir la baja votación de 2010, en comparación con la de 2007 y 2012, a la mayor distancia de las elecciones internas. En los hechos, las elecciones juveniles también han cumplido la función de medir fuerzas entre los sectores nacionales y las agrupaciones del Partido, así como posicionar a las agrupaciones juveniles y a sus dirigentes en las elecciones internas, donde compiten por el lugar en las listas de las elecciones nacionales. Esto produce que la militancia se movilice más en las elecciones que corresponden al tercer año del período de gobierno, que en las del primero.

 

2.3 Cabe preguntarse, sin embargo, si el número de votantes alcanzados hasta ahora en las elecciones juveniles se corresponde con el caudal electoral del Partido en cuanto a jóvenes. Al realizarse a padrón abierto, requiriéndose únicamente la cédula de identidad, no tenemos forma de saber qué porción del total de votantes efectivamente adhiere al Partido Colorado. Podemos suponer que en realidad, a la hora de votar, pesan más las lealtades personales que la adhesión partidaria. Sobre todo si tenemos en cuenta que el importante número de votos cosechados en las elecciones juveniles no se tradujo en la irrupción de esos votantes en los ámbitos orgánicos del Partido. Es probable que la ausencia de ámbitos propios de la Juventud, capaces de organizarla e independizarla, para de esa forma fortalecer la presencia de los jóvenes en los órganos de conducción, haya incidido en la incapacidad del Partido para encuadrar y fidelizar a quienes se sumaron ocasionalmente en el natural entusiasmo que provoca toda elección.

 

2.4 Es notorio que en todas las ediciones de las elecciones juveniles faltaron controles para garantizar la transparencia del sufragio. Se denunciaron irregularidades en varios departamentos, en muchos casos difíciles de comprobar. No colaboraron las extremas facilidades para instalar los Planes Circuitales y no se fiscalizó debidamente la integración de las Comisiones Receptoras de Votos, por ejemplo. Por otro lado, es sabido que algunas agrupaciones, sin apartarse de la Carta Orgánica, torcieron ciertos mecanismos legítimos para hacerse de lugares en la Convención que de otra forma no habrían obtenido, en perjuicio de otros jóvenes que dedicaron su tiempo y esfuerzo en las elecciones juveniles, sin apartarse de la ética. Tal es el caso de las agrupaciones montevideanas que registraron listas por los departamentos del interior que sabían más débiles, y valiéndose del voto interdepartamental, previsto en la Carta, le quitaron la representación a esos departamentos. El Partido deberá tomar todas las precauciones necesarias para impedir que estos hechos tan desagradables se repitan, porque lo desprestigian, y porque nadie que pretenda actuar de la manera correcta puede estar motivado a participar en una elección donde se violan las reglas de juego y se cometen todo tipo de canalladas.

 

2.5 Las elecciones juveniles han funcionado hasta ahora como una competencia de estructuras para, como señalamos anteriormente, medir fuerzas entre los sectores y posicionar a los dirigentes juveniles en las elecciones internas y nacionales. No han servido, en ninguna de sus ediciones, para que los jóvenes colorados discutamos ideas y propuestas para el Partido o para la juventud uruguaya. Lejos de eso, simplemente las agrupaciones pugnan por pequeñas parcelas de poder, que cuando conquistan, en la mayoría de los casos no son aprovechadas para fortalecer a la Juventud. Por el contrario, ha faltado asistencia y actuación de los jóvenes en los órganos partidarios.

 

En la Juventud de Batllismo Abierto nos proponemos enriquecer las elecciones juveniles para que dejen de ser una mera competencia de aparatos y se conviertan en un enfrentamiento democrático y respetuoso de proyectos. Los jóvenes colorados debemos discutir ideas y propuestas, y en las elecciones ponerlas a consideración, para que se vote también por ideas y no solo por afinidades, personales o sectoriales. De lograrlo, habremos hecho un gran aporte para un partido que necesita más que nunca discutir, reencontrarse con su identidad, modernizar sus bases ideológicas para luego ocuparse de los programas. Solo así podrá asegurar su supervivencia, adaptándose a los tiempos que corren y ofreciendo respuestas para los viejos, y sobre todo los nuevos problemas que el país enfrenta.

 

  1. NUESTRA PROPUESTA: HACER FUNCIONAR LOS ÓRGANOS DE LA JUVENTUD

 

3.1. Como ya señalamos, ha faltado asistencia y actuación de los jóvenes en los órganos del Partido. Pero los que asisten y actúan no lo hacen para expresar la visión de la Juventud, sencillamente porque no hay tal cosa, debido a que no funcionan los ámbitos donde la Juventud Colorada pueda discutir y llegar a posiciones consensuadas sobre los asuntos que se aborden en las Convenciones. La actuación de los convencionales jóvenes ha sido desorganizada y por lo tanto intrascendente. Tampoco han actuado, en la generalidad de los casos, con independencia de los sectores y de los liderazgos nacionales y departamentales.

 

3.2. Por su parte, los delegados de la Juventud en el CEN y en los CED no han podido representar fielmente a la Juventud del Partido. Seguramente, más que a su voluntad, esto se deba a que no funcionan los órganos capaces de realizar el seguimiento de la participación de los delegados, ni los ámbitos donde estos puedan consultar a la Juventud. La ausencia de estos espacios produce que los miembros jóvenes del CEN y de los CED representen exclusivamente a sus agrupaciones, en el mejor de los casos, o a sí mismos, en el peor.

 

3.3. Frente a esta realidad, resulta evidente la necesidad de constituir y hacer que funcionen, y lo hagan bien, los órganos paralelos de la Juventud, previstos en la Carta Orgánica desde 2007.

 

Con el Congreso Nacional de la Juventud, órgano soberano, existirá un espacio para la discusión de las grandes líneas de acción de la Juventud del Partido. Allí se enfrentarán las distintas visiones, se votarán y luego se acatarán las resoluciones adoptadas. El Congreso elegirá a sus representantes en la Coordinadora Nacional de la Juventud.

 

La Coordinadora, órgano ejecutivo, podrá expresar la visión de la Juventud Colorada y llevar a cabo todas las políticas concretas que la Juventud necesite. Tendrá a su cargo, además, el seguimiento de los delegados de la Juventud en el Comité Ejecutivo Nacional, pudiendo mandatarlos. De esta forma, los miembros jóvenes del CEN y de los CED representarán fielmente a la Juventud. Lo mismo sucederá con la Asamblea Departamental de la Juventud, en el ámbito departamental.

 

La Asamblea de Convencionales Nacionales, integrada por los convencionales electos en las elecciones juveniles, además de elegir a los delegados de la Juventud en el CEN (pudiendo removerlos del cargo), se reunirá previamente a cada Convención Nacional para discutir el orden del día y podrá declarar temas de interés político de la Juventud, lo que supondrá el mandato para todos sus miembros en la votación a llevarse a cabo en la Convención Nacional. Lo mismo sucederá con la Asamblea de Convencionales Departamentales, en el ámbito departamental.

 

3.4. Con sus órganos constituidos y funcionando, la Juventud podrá tener su propia voz, sus propios espacios de discusión, sus propios representantes para de esta forma robustecer su voz y su voto en los órganos de conducción partidaria, potenciando las herramientas que desde 2007 consiguió.

 

Estamos convencidos de que ese es el camino. Ese es el mayor aporte que la Juventud puede hacer a la reconstrucción del Partido. Que consideramos, debe hacerse democráticamente, “de abajo hacia arriba”, como sostenía José Batlle y Ordóñez afines del siglo XIX, cuando impulsaba los clubes seccionales y se convertía en el líder del Partido Colorado.

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