El 2015 fue otro «annus horribilis» para el Partido Colorado, pero diríase que lo peor ya pasó. Después del traumático proceso interno llamando a responsabilidad a quienes votaron o apoyaron a candidatos ajenos al Partido en las elecciones departamentales, resultó que Edgardo Novick y sus amigos, con el diputado Facello a la cabeza, anunciaron que constituirían un nuevo lema. ¡Haber avisado antes! Todos nos hubiéramos ahorrado muchos dolores de cabeza. La buena noticia es que se acabaron las especulaciones: Novick será candidato a presidente por su nuevo partido. La mala noticia es que no contaremos con Novick como candidato independiente a intendente de Montevideo en la Concertación. Pero por cierto, vamos de nuevo con la Concertación, espero que sin cometer la suicida sucesión de torpezas que pautaron la experiencia inaugural. A escala nacional, por su parte, se insinúa con fuerza la constitución de un ala izquierda del PC (de incuestionable vocación batllista) que pueda disputar la mayoría partidaria al grupo encabezado por Pedro Bordaberry. En ese afán estamos un montón de viejos y amigos, a los que afortunadamente se suman amigos nuevos y jóvenes. Si cada cual hace sus deberes, podríamos esperar que el ciclo electoral 2019-2020 (tan lejano y tan cercano) toque a desalojo del Frente Amplio, tanto del gobierno nacional como del gobierno montevideano. ¿Esa es nuestra única aspiración? ¿Desalojar al Frente? No; pero es condición necesaria para poner fin al desquicio que ha ganado la conducción de los asuntos públicos, como deja en evidencia la revisión de cuanto caracteriza a una sociedad más justa, democrática y desarrollada. Grandísima paradoja la de este ciclo frenteamplista, que tiene para exhibir el mayor crecimiento económico que conoció el país en su historia, y el mayor deterioro en sus términos de convivencia (expresión con la que abarco desde el estado de la educación y la seguridad, hasta la profundización de la brecha social, conductual, relacional, entre ricos y pobres, la evidencia más penosa de nuestro retroceso civilizacional).
ANCAP, RECESIÓN Y DESPUÉS
El ciclo electoral 2019-2020 está objetivamente lejano, pero el tempranísimo fracaso del gobierno nacional y del gobierno montevideano empujan la mirada hacia adelante, como un (ilusorio) recurso para acortar la agonía. Es cierto que el primer año de gobierno es el mejor momento para estar en un mal momento, porque quedan cuatro años por delante para enderezar la situación, y la memoria del electorado suele ser de tiro corto. Sin embargo las estrellas del cuadro (Vázquez, Astori, Mujica, Sendic, Martínez, todos) aparecen tan golpeadas y tan faltas de resto, que cuesta creer en una reacción enérgica y exitosa. El pésimo primer año de gobierno será el telón de fondo del anunciado enfriamiento económico, que con poquita cosa más (o menos) se convierte en recesión. El escándalo de ANCAP dejó además dos evidencias: que la conducción económica astorista no es omnipotente (por si alguien lo dudaba…) y que la oposición es capaz de jugar en equipo (deliberada o espontáneamente) con buen suceso político. Como todos los analistas, empresarios, comerciantes y observadores desapasionados coinciden, las condiciones externas que contribuyeron en gran medida a explicar la bonanza de la década pasada, están cambiando: China, la FED, Argentina, Brasil, Venezuela, por distintos motivos, dejaron de jugar a favor y, de nuevo, no hay resto para compensar las pérdidas (la rebaja del petróleo se la fuma ANCAP). El futuro luce complicado; se acabó la fiesta. Maldita la gracia que puede tener ganar el gobierno para administrar la crisis. Pero la crisis que más importa no es la económica, sino aquella otra de más arriba, la convivencial, y su atención no admite la menor demora, ni la menor claudicación, ni la menor especulación. Vamos de nuevo, pues, con el sentido del deber, la vocación y la esperanza intactas. Vamos por el País con el Batllismo, y vamos por Montevideo con la Concertación. Martínez tiene que presentar el presupuesto 2015-2020 el 9 de enero y, con los papelitos a la vista, vamos de nuevo a concentrarnos en La Ciudad, junto a todos quienes tengan vocación «municipal y espesa». Vamos de nuevo.
Columna publicada en Montevideo Portal.