En primer lugar, un agradecimiento enorme a todos los que apoyaron mi candidatura. A nuestra agrupación, que se jugó en este tema, a los vecinos que confiaron en mí y a los amigos y familiares que creyeron en mi convicción.
En segundo lugar, la certeza de que daré todo mi esfuerzo para no defraudarlos.
En tercer lugar, la seguridad de poner la firmeza necesaria para abrir caminos de verdadera participación de los montevideanos, frustrados una y otra vez por una administración que improvisa y se equivoca, una y otra vez, en la búsqueda de soluciones para los problemas no resueltos de esta ciudad.
Y finalmente, pero no menos importante, el orgullo de que a este viejo militante lo acompañen, en esta tarea, jóvenes dispuestos a redoblar esfuerzos sabiendo que «si alcanzamos una cumbre, siempre hay otra más allá».