Mi experiencia estuvo sumida en algunos factores que se escaparon a mis previsiones cuando decidí candidatearme.
El primer tropiezo comenzó cuando presenté mi candidatura ante el CCZ 5 (Municipio «CH»), no siendo nada alentador el punto de partida. El funcionario que me recibió las firmas de los vecinos me explicitó que no tenía idea de qué eran los Concejos y que guardaría mis firmas para cuando llegara su compañera de trabajo. Lo lamentable es que dicho desconocimiento se propagó en el resto de la puesta en escena de esta elección, y la incertidumbre sobre varios pasos a seguir y los procedimientos comenzaron a ser más y más frecuentes.
A mi ya desalentador panorama, le sumo la rivalidad política que en teoría debería estar exenta en este tipo de elecciones. Puntualmente tuve un altercado con uno de los pasacalles que se subió alentando a mi candidatura; aunque el problema terminó bien resuelto, me encontré con un panorama más “complejo” de lo que esperaba.
Por último, y no menor, el día de las elecciones una de las delegadas del CCZ 5 increpó a un compañero candidato identificado con una fracción política opositora y a mí por encontrarnos en el lugar de votación cuando todos los demás candidatos (incluyendo de la fracción política oficialista a la cual ella pertenece) hacían lo mismo.
Aún con todo el viento en contra, esperé que el resultado pudiera ser lo más favorable posible, no perdí las esperanzas y me motivé junto a mi equipo de trabajo, a quienes agradezco su interminable apoyo.
Por desgracia, el escrutinio fue incluso peor que toda la experiencia previa, marcando en definitiva mi decepción abrupta en el asunto. El mismo consistió de una semana, con las urnas reposando sin ninguna seguridad o garantía en la Casona de Ellauri. Nadie sabe a ciencia cierta quién pudo haber tenido acceso a esas urnas o si fueron alteradas de algún modo.
Los resultados en el resto de los CCZ, por lo menos a boca de urna, se visualizaron el mismo jueves que empezó el escrutinio. Sin embargo, los del CCZ 5 no se supieron hasta el lunes a las 18hs . El recuento comenzó el jueves a las 18hs, a las 5 de la mañana algo había empezado a dilucidarse, y el viernes lógicamente se obtendrían los resultados (muy distintos a los dilucidados la madrugada del viernes); pero para mi suerte, la lógica no es parte del sistema y por la venida de “Dilma Rousseff” pararon el proceso para seguirlo recién el lunes, lo que implicó otro fin de semana con los votos reposando y sin las garantías de siempre.
Finalmente quedé como suplente y con la experiencia amarga de todo el procedimiento electoral.
Mi conclusión primordial es que los Concejos no cumplen con el fin para el que fueron creados —a pesar de que no conozco la interna —, ya que por cómo se procedió en las elecciones y sus tintes políticos, me hicieron ver que lo principal (ser un órgano social sin lemas partidarios) no se cumple, y eso conlleva a otros problemas consecuentes.
Agradezco a todo el apoyo que me fue dado desde la agrupación de Batllismo Abierto, destacando el trabajo de la Juventud de Batllismo Abierto (JBA).